Por: Dalkiry Rodríguez Espinal
No surgen muchos poetas en el mundo de hoy, y los que surgen tienen miedo de navegar contracorriente. Sin embargo, en este mundo de hoy son necesarios muchos poetas.
Este tres (03) de Junio se celebra otro año del nacimiento del poeta nacional Pedro Mir, por su profunda voz poética se le considera como uno de los grandes de la poesía hispanoamericana con tema de compromiso social, a favor de los explotados.
Su obra se comenzó a sentir desde el exilio en Cuba, cuando se apareció su largo poema: "Hay un país en el mundo", con el subtítulo de "Poema gris en varias ocasiones", hermoso canto a su país de origen, Santo Domingo, carente de identidad y libertad por haber estado siempre colonizado socioeconómica y políticamente por potencias extranjeras.
Este primer poema vino a considerársele como una nueva poética. Todo su poemario, de hecho, es un grito de protesta contra fuerzas ajenas y una llamada de atención a la falta de identidad nacional.
“Hay un país en el mundo” consagró al escritor como el máximo representante del país en el siglo XX y, quizás, uno de los más grandes del mundo de las letras hispanoamericanas.
Pedro Mir se convirtió, no solamente en el interés de los críticos, por el valor estético de sus poemas, sino también de su gente, en "la voz del pueblo", puesto que incluso por las calles muchos iban recitando sus masivos e iluminados poemas sociales.
Los Primeros Versos de Pedro Mir plantean una realidad de la escritura. La historia los envuelve. Su relación con la sociedad en que fueron trabajados se pone en tensión desde la distancia de la lectura. Esta relación llevó al autor a situarlos históricamente.
Conocida o no, esa historia, no es nunca la que se puede aprender con facilidad. Ella, al estar dentro de diferentes tipos de lenguajes, dentro de la pluralidad, realiza unos viajes o lo que es lo mismo permanece en movimiento.
El texto como tejido, puede decirse, posee diferentes hilos de variados colores. La historia pertenece a la visión de mundo. Esta se remite a dos sujetos. En primer lugar el autor, el escritor, en nuestro caso. Y en segundo lugar al lector. Este último tiene una determinación muy poderosa sobre el texto. Sin él prácticamente el tejido no existe.
Demolidas estrepitosamente, si valía la pena escribir aquellos versos y arrastrar los sacrificios y los riesgos que implicaba. Pero sólo podría responder la Historia, que nunca termina aunque siempre determina".
Fuente: educando.edu.do