Cuando nos toca enfrentar una realidad pues se nos ponen los nervios de puntas porque no queremos fallar, mas cuando la inseguridad se apodera pues se sobran los momentos de incertidumbres por no llegar al momento real.
Hablar por otro es una espada que apunta sobre si mismo, prestarse a ser vocero en un momento cruzado es hacer lo que hacen muchos en la cultura asiática, el HARAKIRI, significa auto introducirse voluntariamente una espada cuando ya ven que no pueden sustentar su posición.
Hay personas que se prestan a hacer lo que se llama coro o a defender posiciones que no aguantan ni la más mínima sustentación pero que tienen que hacerlo porque se prestan a pedir, a ser lambones y también a adular de una manera empedernida.
Hay gente que tiene ese tipo de servidores para que cuando tengan que necesitarlos usarlos sin problemas pero para luego dejarlos solos cuando metan las patas y decir que no tienen nada que ver con lo tratado.
Pero quienes se prestan a este tipo de acciones son personas de bajo nivel tal y como también el que lo envía porque dejan a un lado el respeto, la vergüenza, la ética, la moral y hasta tocan lo sagrado irrespetando el derecho a decidir que tiene cada quien.
Hable usted y diga lo que tiene que decir, no se inventen llamadas y comentarios con conejillos de india ni ratones de experimentos, desahóguese usted y no ponga a ignorantes en la materia y quizás en todo a meterse en problema que a lo mejor usted no va ayudar.